domingo, 16 de agosto de 2015

M3S3 La falacia

LA FALACIA.
Autor: Araceli Lorenzo Reyes.
Existen muchas ideas que se transmiten de generación en generación y que son parte de nuestras creencias populares y no necesariamente son ciertas. Una idea errónea que es repetida en constantes ocasiones y que no es desmentida se vuelve una falacia, es decir una idea que no es cierta, pero que mucha gente cree que es cierta. Sobre este tema realizaremos la siguiente actividad.
A continuación se identifica al menos 3 falacias a partir de un artículo sobre el embarazo encontrado en  http://www.spps.gob.mx/avisos/780-mitos-y-tradiciones-.html.
1.       Los días impares con luna en cuarto menguante favorecen la concepción de un niño. Los días pares con luna llena, la de una niña.
 El cromosoma sexual de cada óvulo de la madre es siempre un cromosoma X, mientras que el espermatozoide del padre, puede llevar un cromosoma X o un cromosoma Y. Si el óvulo es fecundado por un espermatozoide portador de un cromosoma X, el cigoto formado es XX (de sexo femenino), mientras que si el espermatozoide es portador de un cromosoma Y, el resultado será un cigoto XY, es decir, de sexo masculino.
Si no ocurre nada más que esto, el embrión desarrollará características sexuales femeninas (será una mujer). Para que desarrollen características sexuales masculinas deben ocurrir una serie de acontecimientos durante la octava semana del embarazo. En este momento, los órganos sexuales del embrión masculino (XY) comenzarán a producir testosterona (hormona masculina). Esta exposición del embrión masculino a altos y continuados niveles de testosterona es lo que dará lugar a la formación del cuerpo masculino, con las características sexuales masculinas.

Sin esta exposición continuada a la testosterona, aunque un embrión tenga una carga genética XY, desarrollará características sexuales femeninas. (1)
2.       Si durante el embarazo si padecen muchas agruras, el bebé tendrá mucho cabello.
La acidez estomacal (también conocida como hiperclorhidria o reflujo ácido) es una sensación de ardor que a menudo se extiende desde la parte de abajo del esternón hasta la zona inferior de la garganta a menudo viene acompañada de un sabor agrio o amargo en la garganta y en la boca.
Durante los primeros meses del embarazo se producen grandes cantidades de progesterona y estrógeno, que relajan la musculatura lisa de todo el organismo, incluyendo el tracto gastrointestinal. Esto trae aparejado que los alimentos circulen muy lentamente por el estómago e intestinos, dando una sensación de indigestión o al menos digestiones muy lentas, que  ocasionan la sensación de estar muy llena, hinchada o con mucho gas. Puede ser molesto, pero es beneficioso para el  bebé, ya que al estar más tiempo en el trayecto digestivo es mayor la absorción de los nutrientes hacia el torrente sanguíneo y a su vez hacia la placenta y el bebé.
Además, a medida que avanza el embarazo, el bebé que cada vez está más grande presiona sobre el  estómago, desplazando los ácidos estomacales hacia el esófago. (2)
3.       Una mujer embarazada debe comer por dos
Se considera un incremento de peso normal el comprendido entre los siete y los catorce quilos. Sólo se necesita aumentar ligeramente, en torno al 15%, el aporte calórico diario (2300 calorías son un buen aporte durante los tres primeros meses e ir aumentando hasta 2450). En el primer trimestre el peso debe aumentar entre 700 gramos y 2,5 kilogramos, en el segundo y tercer trimestre aumentar cada semana entre 300 y 500 gramos. Los cuatro primeros meses esos quilos de más corresponden a una acumulación de líquidos y de grasa en los tejidos maternos, a partir del quinto mes se debe al útero, placenta, líquido amniótico y al feto. El ginecólogo es el encargado de juzgar en cada caso este aumento de peso y detectar cualquier problema. Seguir una dieta sana y equilibrada. La embarazada no debe comer por dos sino comer para dos. (3)
·         La  falacia que seleccione es la de los días impares con luna en cuarto menguante favorecen la concepción de un niño. Los días pares con luna llena, la de una niña.
La referencia científica nos muestra que una mujer siempre contara con un cromosoma Y, mientras que el espermatozoide del hombre puede llevar un cromosoma X o un cromosoma Y,  por lo tanto el espermatozoide del hombre es el que define el sexo del bebe, y la continua exposición del embrión masculino a altos  niveles de testosterona es lo que dará lugar a la formación del cuerpo masculino en cambio sin la exposición continuada a la testosterona, aunque un embrión tenga una carga genética XY, desarrollará características sexuales femeninas.(1)
En el último siglo, con al avance en la citología, la genética y la biología molecular, se pudo finalmente dar respuesta con bases científicas a esta pregunta, y hoy sabemos que esta determinación está dada por componentes genéticos.
Hace un poco más de cien años se observó que las hembras y los machos de algunos insectos tenían diferente número de cromosomas. Las hembras tenían 24, los cuales durante la meiosis se apareaban en 12 pares, y los machos tenían 23, los cuales se apareaban en 11 pares, quedando un cromosoma solitario. A este cromosoma solitario se le llamó cromosoma accesorio o cromosoma X. En 1901 se propuso que este cromosoma X era el que determinaba el sexo; por primera vez se proponían bases genéticas a la determinación sexual.
En los mamíferos la determinación primaria del sexo es estrictamente cromosomal, y en la mayoría de los casos un individuo con dos cromosomas sexuales XX será hembra, mientras que con un cromosoma sexual X y otro Y (XY) será macho. En 1947, el doctor Jost había castrado a embriones de conejo que se encontraban todavía en el útero de la madre, dejando que su desarrollo procediera hasta el nacimiento. Observó que todos nacían con características sexuales de hembra sin importar si sus cromosomas eran XY o XX, por lo que propuso que la determinación sexual del individuo está controlada por la diferenciación y presencia del testículo. Sin embargo, en 1959 se estableció que, en mamíferos, el cromosoma Y era el inductor dominante de las características masculinas (o fenotipo masculino), ya que en su presencia, sin importar el número de cromosomas X, el desarrollo era de macho. Dado que el cromosoma Y es el inductor dominante del fenotipo masculino, se concluyó que en él debía existir un “factor determinante del testículo”. (4)

Mi reflexión sobre la falacia.
A mi punto de vista una falacia se deriva por la  falta de información que se tiene respecto a un tema, en este caso cuando hablamos de embarazo, la mayoría de las mujeres tarde o temprano podrán contar con esta experiencia,  sin embargo es difícil aceptar que desconocemos de este tema ya que estamos siendo participes de un hecho muy importante en la vida de una mujer, por eso es más fácil transmitir la información que alguien mas ya nos dijo, en lugar de investigar y comprobar que es lo que sucede realmente.
Después de investigar sobre este tema me doy cuenta la importancia de  investigar y contar con la información comprobada científicamente antes de poderla transmitir a otras personas para no cometer una falacia.

Referencias 



1 comentario:

  1. Hola! agradezco esta informacion pues me brinda un panorama mucho mas amplio para realizar mi tarea. no tenia idea y ahora me aclaraste! tu publicacion excelente! saludos.

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